18 Junio 2012

ICE: ¿el pato de la fiesta?

Gerardo Fumero Paniagua
*Ingeniero

La Nación, en su editorial del 29/05/2012, se rasga las vestiduras por "los errores cometidos por el operador estatal, incluido el atraso en el desarrollo de las telecomunicaciones y años de innecesarias penurias a cargo de los consumidores", y alaba los "dramáticos cambios en el mercado de las telecomunicaciones y sus beneficios para el consumidor costarricense".

Apunta entre esos beneficios "la fácil obtención de una línea, las promociones y la modalidad de servicios prepago".

Lo que el país no sabe es que el ICE, solo en el año 2011, debió gastar en comercialización y mercadeo para enfrentar la competencia la suma de $380 millones (unos ¢192.000 millones).

Bien podrían haber gastado en conjunto (ICE, Racsa, Claro, Movistar, Tuyo, Fullmovil y una docena de otros operadores privados) al menos $1.000 millones (¢505.000 millones) en ese rubro. Suma con que han sido beneficiados unos cuantos medios escritos (el principal, el grupo La Nación), las emisoras de radio, la mayoría asociadas a CANARA y las principales televisoras comerciales del país, todas coincidentemente defensores del TLC y la apertura en telecomunicaciones.

Mientras tanto unas 20 entidades concursan para administrar los recursos del Fondo Nacional de Telecomunicaciones, FONATEL, que acumula cerca de $200 millones que se espera invertir para llevar solidariamente servicios a las poblaciones marginadas, pero que crece en una suma insignificante en relación con lo que se gasta en propaganda. Y es nuestra esperanza que no lleguen tales recursos a ser administrados por otro CONAVI, que ha repartido millones de dólares entre una docena de empresas privadas, en la construcción de una maltrecha trocha, que a criterio del Colegio de Ingenieros le costó al país 4 veces más de lo que vale.

Mal haríamos en alabar los pocos beneficios que esta apertura ha traído, si el precio es sacrificar al "operador estatal", que durante más de 50 años ha garantizado el más universal acceso a los servicios de telefonía fija e Internet (en relación con el resto de los países latinoamericanos), como lo han demostrado estadísticas mundiales.

Y es que esa ha sido la tónica de esta apertura, pues no ha sido buena para los privados (que han tenido que trabajar con tarifas subsidiadas, se rumora incluso que algún operador importante podría estar abandonando el país), pero menos buena aun para el ICE.

Ya desde el año pasado el ICE planteó un juicio contencioso administrativo en contra de la Superintendencia de Telecomunicaciones, SUTEL, por la fijación de tarifas de interconexión subsidiadas. Hoy unos cuantos operadores de telefonía fija -vía Internet-, cursan su tráfico internacional por las redes del ICE, pagando por interconexión la suma de ¢3.63 por minuto, cuando al ICE le cuesta ¢8 completar ese tráfico.

Millonaria pérdida. El ingeniero Eduardo Doryan aseguró que el ICE perdería unos $60 millones al año por concepto de interconexión, con esas tarifas que todavía hoy siguen vigentes, pero él mismo se vio obligado a ceder a las presiones de la Casa Presidencial y retiró dicho juicio.

Por todo lo anterior parece totalmente irónica la aseveración del editorialista, de que "si el ICE no consigue mantener una posición de privilegio, solo podrá culparse a sí mismo".

Lo que sí puedo entender es que La Nación sí podrá mantener esa posición, con una inyección adicional de decenas de millones de dólares que hoy recibe por concepto de publicidad, más que antes de la apertura.

Pero el caso del ICE es exactamente al revés y se deterioran sus finanzas cada día.

http://www.diarioextra.com/2012/junio/12/opinion7.php