3 Agosto 2012

¿Qué hay detrás de este asalto al ICE?

Reaparece la caballería. Sus jinetes, lanza en ristre, galopan en no ordenada formación mas sí con clara determinación de arremeter contra el Instituto Costarricense de Electricidad. Es un nuevo intento para desmantelar el modelo solidario de generación y distribución energética que acompaña a Costa Rica desde la creación del ICE.

A horcajadas del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos se apearon el modelo solidario inserto en el sistema de telefonía, para desgracia de las comunidades rurales de grandes carencias donde se profundizan las desigualdades que fomenta el modelo de desarrollo adoptado al compás del Consenso de Washington. La ofensiva actual reactiva el plan de aumentar la porción del mercado a disposición de los generadores privados que hoy pueden abastecer el 30% de la potencia generadora pero solo proveen el 14%. Aun así, pretenden acrecer el tope máximo al 50%.

Y algo más muy importante: andan tras los grandes consumidores de electricidad (tipo Holcim, Cemex, Alunasa, Intel, hace poco favorecidos con una sustancial rebaja de tarifas) con lo que dejarían al ICE y a las cooperativas y entidades regionales sin la crema del mercado, de cara a una estrechez financiera que les obligaría a pedir un aumento de tarifas.

No existe compromiso del sector privado de construir plantas generadoras que no sean “a filo de agua”, plantas abastecidas por embalses pequeños sin capacidad de almacenamiento suficiente para responder en los periodos de sequía, de donde resulta que el ICE tendría que acudir a “salvarles la tanda” cuando no puedan suplir los requerimientos totales de sus clientes.

Se saca del sombrero un cuadro de carencias energéticas a cercano plazo para justificar una ley que conceda las pretensiones de los generadores privados.

Pero el ICE —que ya pasó por tiempos muy difíciles cuando los gobiernos influidos por los discípulos de aquel Consenso le negaron autorización para financiar con deuda la construcción de nuevas plantas, so pretexto de no ser inversión sino gasto— demuestra estar preparado para atender la demanda futura si se le deja ejecutar sus planes, de 600 MW para los próximos cinco años (hay 400 MW que recién entraron a la red).

Presérvese entonces la tarea confiada al ICE sin socavar sus facultades para que la demanda energética sea debidamente abastecida, con el concurso de los generadores privados que bien harían en ocuparse de elevar su generación actual de 374 mil KW a los 907 mil KW que es su volumen autorizado y no totalmente lleno.

Así es el modelo de generación adoptado que hace posible un precio montante al 7% del salario mínimo de los clientes de consumos inferiores a 250 KWh cuando el promedio latinoamericano es del 14,6%, con una cobertura del 99% del territorio nacional y con el 91% de la electricidad generada “de fuente limpia”.

Con sobrada razón destaca en Latinoamérica este modelo de abastecimiento energético con calidad, limpieza, altísima cobertura y al mejor precio.

Álvaro Madrigal